A partir del 20 de mayo próximo, el kilogramo dejará de definirse a partir de un objeto físico. El Prototipo de Kilogramo Internacional (IPK), un cilindro de aluminio-iridio
alojado en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas en las afueras de París, ha mostrado su incapacidad para mantenerse inmutable. Ante ello, los metrólogos han decidido aplicar la misma estrategia que utilizaron con
el metro: hacia 1983, el metro dejó de definirse a partir de la longitud de una barra de platino, para fijarse tomando en cuenta una constante de la naturaleza. Desde entonces, el metro no es más la barra de platino de
una medida determinada, sino la distancia que recorre la luz en 1/299 792 458 segundos. Lo mismo ocurrirá con el kilogramo: el prototipo desaparecerá y la Unidad Fundamental de masa se derivará de la constante de Planck
con la ayuda de una balanza de potencia.
Esto, acaso, no es sino una expresión más del desvanecimiento de todo lo sólido en el horizonte de la contemporaneidad. Pasó ya con el dinero y el abandono del patrón oro para fijar su valor a partir de fluctuaciones y
modulaciones alrededor de distintas monedas tomadas como muestra. Ha pasado también con la palabra y la digitalización que ha reemplazado las matrices de plomo por la existencia virtual de la materia lingüística. Esto
último ha operado mutaciones en nuestros modos de concebir y producir la escritura, pero poco se ha pensado sobre eso todavía. Más aún, si el poeta es, como aquí creemos, aquel que pesa palabras: ¿qué consecuencias trae
esta desmaterialización de la palabra y de las Unidades Fundamentales para el ejercicio de su oficio?.
Se trata, pues, de gravitar en torno a estas transformaciones.
Este segundo número de PESAPALABRA, boletín de poesía y crítica, trae dos novedades bajo la forma de insertos: el poemario Dibujos mentales de Rafael Hastings del poeta Rodrigo Vera (con el que inauguramos una apuesta
editorial que esperamos nos acompañe a lo largo de los números venideros); y las postales eseoese -> poemas de auxilio del poeta Michael Prado.
El contenido se mueve entre los ejes de la poesía experimental, las reflexiones en torno a los condicionamientos de la máquina de impresión y los salmos seculares. Destaca, además, una conversación entre el poeta chileno
Diego Maquieira y el colectivo de poesía Ánima Lisa, en la que el autor de El Annapurna despliega toda su lucidez en una verborrea que recorre los perímetros de la institucionalidad y el quehacer poético. / Quizá, el
objeto de la contratapa merezca una mención especial: se trata de un palíndromo descomunal del poeta español Miguel Ángel Zorrilla, en el que se reivindica el potencial del palíndromo no como mera frase simétrica, sino
como artefacto literario que opera de cara a las rugosidades del lenguaje.
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Contenido
Ensayo:
Un lugar para enterrar el poema. Heinrich Helberg: poesía experimental y arte desmaterializado – Luis Alvarado / Hilos del entramado poético: procedimientos experimentales para una poética no referencial – Carla
Carrasco / Sologuren y la máquina de hacer poesía – Luis Alberto Castillo / Eielson post-simbólico|Escultura de palabras – José Ignacio Padilla
Artículo:
Cómo hice Matacaballos – Ana Carolina Quiñonez Salpietro
Poemas:
Selección – Martín Gubbins / Salmo responsorial – María Miranda / Los Salmos Fosforitos – Berta García Faet
Reseña:
No todo lo que brilla es Lezama: sobre País imaginario (escrituras y transtextos, 1980-1982) – Braulio Paz
Archivo:
Poema para abrir como una rosa – Heinrich Helberg por PESAPALABRA
Entrevista:
Poesía ‘mientras tanto’: un encuentro con Diego Maquieira – Daniel Sánchez Ortiz y Santiago Vera
Herramienta:
La balanza – PESAPALABRA
Ilustración:
A [a partir del Myotomia Reformata de William Cowper, 1724] – Martín Sánchez
Contraportada:
Palíndromo ‘Isa’ – Miguel Ángel Zorrilla
Poemario:
Dibujos mentales de Rafael Hasting – Rodrigo Vera
Postales:
Eseoese -> poemas de auxilio – Michael Prado.
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